Compartimos desde Valle Abedules este artículo del periódico El País que nos ha parecido que refleja con optimismo la situación:
Los expertos inciden en que estos centros son esenciales para que los padres puedan conciliar, pero, sobre todo, en ellos se “fomenta la convivencia, la autoestima y autonomía”
Pese a toda esta falta de previsión, el portavoz del Colectivo Campamentos de Verano sostiene que sería necesario garantizar que los niños y niñas puedan acudir a los campamentos de verano por todos los beneficios que aportan: “disfrutar de un verano diferente, vivir experiencias que a lo largo del año no tienen, pero también compañerismo, convivencia, autoestima o autonomía. Para los más pequeños, poder vivir un campamento es una vivencia que solo suma.
Para las familias, el que sus hijos se separen un poco de ellos, en un entorno seguro, les aporta tranquilidad, además de favorecer la conciliación, que es lo primero que se destaca. Aunque para nosotros lo verdaderamente importante es el efecto positivo que tienen entre los niños y jóvenes”. Además, este año es más necesario que nunca la labor de los campamentos de verano, después de los dos meses confinamiento que ha vivido la población infantil por la pandemia.
“Son muchos los estudios que hablan de la importancia que tienen para los niños salir de este confinamiento viviendo experiencias en entornos seguros, encontrándose con sus iguales y viviendo una cierta normalidad. Todos tendremos que aprender a convivir con el virus, pero podemos enseñarles que se puede disfrutar con ciertas medidas de cautela”, concluye José Manuel Fernández.